Imagen de portada del la columna de Henri García titulada Otra página en blanco

Juicio Divino

[Crónica sagrada]

¡Ay, la fe! ¡Qué gentío el domingo de ramos en procesión! Yo, como otros pecadores, fui testigo de la manifestación cristiana por Tan Paisa TV. Y es que en este mes de regocijo, reflexión y arrepentimiento, aprovecho la Semana Santa para regocijarme porque a diario se puede conseguir anisao y vinacho; para reflexionar sobre el por qué Dios creó al ser humano y se tiró el planeta; y para arrepentirme por haber manifestado mi intención de voto en las elecciones para alcaldía y presidencia y los integrantes del Partido Daltónico Político me tacharon de traidor.

Abril es también el mes del idioma para homenajear a Miguel de Cervantes y a William Shakespeare, dos gigantes de la literatura que fallecen un 23, pero lo que pocos recuerdan es que también en abril, un 24 para ser exactos, nace en Envigado el escritor Fernando González, quien se metió con Dios y le ganó una demanda. Así como lo oyen. El filósofo y abogado era un hombre de poca fe y por eso vivió como le dio la gana y murió de viejo, como se debe.

Parece ser que las ánimas benditas, que tanto reciben en promesas, velones, limosnas y misas, han empezado a meterse en líos jurídicos, no porque se les hayan subido los humos del purgatorio a la cabeza, sino porque algunos vivos ―muy vivos― se dieron cuenta de que la fe no tiene personería jurídica.

Resulta que Fernando González, el Brujo de Otraparte, en un estado de iluminación mística demandó al Niño Jesús de Praga y a las ánimas benditas. Por allá en la década de 1920 el abogado era juez en Medellín y recibió un testamento de una mujer adinerada que había dejado parte de su herencia a sus familiares y otra parte al Niño Jesús de Praga y a las ánimas del purgatorio. La iglesia, representada por la Arquidiócesis de Medellín, intentó reclamar esa porción de la herencia, pero el juez, en su sapiencia resolvió el caso dictaminando que: «La parte de las benditas ánimas del purgatorio será entregada cuando ameriten personería jurídica. La del Niño Jesús de Praga cuando cumpla la mayoría de edad, mientras tanto paso esta herencia a sus legítimos herederos».

Lo anterior dio pie para que otros abogados cuestionaran la tradición de hacer donaciones a los santos o al mismo Dios y solo voy a mencionar algunos casos:

– En Concepción, Antioquia, otro abogado, Ramón Alcides Valencia, topó con un templo sin escrituras, por allá por el 2011. ¿La razón? El predio estaba a nombre de La Cofradía de las Ánimas y de Nuestro Amo. Como ninguna de estas figuras podía comparecer ante un juez por no tener personería jurídica ni representantes legales el juez falló a favor de la parroquia otorgándole la titularidad oficial del terreno. Se dice que lo hizo sin veladora, pero con fe en el Código Civil.

– En 2008, el senador estatal de Nebraska, Ernie Chambers, presentó una demanda contra Dios, buscando una orden judicial para detener actos destructivos atribuidos a la deidad. El caso fue desestimado debido a la imposibilidad de notificar legalmente a Dios, al no tener una dirección física.

– En 1970, en Arizona, el abogado Russel T. Tansie demandó a Dios en nombre de su secretaria, Betty Penrose, alegando negligencia divina por permitir que un rayo destruyera su casa. El caso también fue desestimado.

Hoy, más que nunca, la fe parece tener número de cuenta y canal de YouTube. Hay pastores que cobran en nombre de Dios, influencers que venden milagros por transferencia y hasta profetas digitales que prometen bendiciones a domicilio. Tal vez por eso las ánimas deberían pensar en abrir su propia cuenta de ahorros o montar una app de promesas en línea: PrometApp, para que al menos quede constancia legal de tanto ruego y pago por adelantado.

Quizás ha llegado la hora de que las ánimas se organicen. Que nombren abogado, que declaren renta, que inscriban una junta. No vaya y sea que un día, de tanto invocarlas, terminen pagando impuestos por tanta promesa incumplida, o peor, desalojadas por falta de papeles. En todo caso, si usted tiene muchas propiedades y pocos herederos, no done a santo alguno, vea que yo, pobre de mí, también he hecho milagros con el dinero de mi salario y si las cosas se dan, algún día seré canonizado como el santo de los estratos bajos, San Cocho. Espero su herencia, pero en vida, hermano, en vida; es un acto de fe.

HENRI GARCÍA JARAMILLO: En el año 2005 fundó el Taller de literatura El sueño del pino, con el que se han realizado eventos literarios nacionales e internacionales. Dirige, por tanto, el órgano de difusión del Taller, la revista literaria Alas de papel, que ya cuenta con nueve números. Sus escritos han sido publicados en varias antologías.
Además de varias cartillas educativas, ha publicado cinco libros de variados temas: Otra página en blanco, Imagenesis, De bolsillo, Él, que me habita y 52 viernes d’estos.

Así se refiere Henri a él mismo:
Nací en 1972 en un febrero tibio.
Profesor de escuela rural prefiero el verde más que el gris.
Poeta de pocas plumas he volado poco.
Pobre de nacimiento, mi riqueza es la familia y el firmamento.
Guerrero de la vida mi mayor temor es el olvido.

Cuando su columna Otra página en blanco aparezca en blanco, es porque a Henri se le olvidó respirar, o lo ahorcó un suspiro. Por lo pronto, catemos su palabra. ¡Salud!

  1. Si, señores un poeta formado sin fortunas, pero con un gran corazón y pasión por lo que hace, tal ves tildado de loco pero de loco sabio.
    Orgullosa de pertenecer a su círculo familiar Henry García te abrazo con el alma.

  2. Enrique Aldawe

    Muy bien, amigo Henry, esos movimientos del pensar y hacer es lo que logra que entendamos la vida.

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