[Crítica]
Primero blanco, luego amarillo, después verde, más tarde naranja y verdeazul, luego rojo, al otro día manchado un poco de azul (y ahora…¿negro?); el camaleón pusilánime de Cristian Céspedes ya comienza a mostrar su peor lado y lo peor de su administración socialista, que vamos a tener que padecer los yarumaleños en los próximos tres años.
La administración «Nos Une» ha demostrado en estos primeros meses no ser nada más que un grupo de activistas con plata que tomaron el poder de un municipio para mejorar sus vidas y hacer de sus casas «un mejor vividero». Desde jóvenes, aprendieron a hacer política observando a los conservadores y, por medio de la instrumentalización de la gente, llegaron a la alcaldía para repartirla entre amigos.
En lo que llevan de administración, su logro más grande, según dicen, es haber creado Edenorte, una empresa que surgió gracias a las indicaciones que Miguel Peláez dio el día del empalme. Es decir, el mayor logro de los progresistas de Yarumal ha sido desarrollar la idea de un conservador.
Estos parásitos que llegaron a la alcaldía son un grupo de carroñeros que aprendieron a copiar a los conservadores, como sus buenos alumnos, y no salieron con ninguna transformación, sino simplemente seguir con los programas y las obras que la pasada administración dejó empezadas.
///
///
El modelo socialista que Céspedes quiere para Yarumal
Estos socialistas tienen una forma bastante particular de gobernar. Dicen que todos sus proyectos están encaminados en el bienestar social, por el bien de los sectores más necesitados, los mismos que instrumentalizan sistemáticamente. En vez de generar proyectos de infraestructura que activen el empleo, regalan tejas y ladrillos «a los necesitados» para que puedan protagonizar sus videos de propaganda socialista barata: «A los que nos sigan les regalamos las cosas».
Esta parranda de mediocres se ha quejado toda la temporada de la pasada administración, esa ha sido su función mamertaria natural: criticar, rechazar, quejarse, obstruir, pero nunca construir. Ellos no tienen una visión macroeconómica de la industria, el empleo y los grandes proyectos de infraestructura, porque su visión se reduce a las clases bajas y se gastan el dinero de los impuestos regalando subsidios, almuerzos, eventos y cosas, a cambio de seguidores. Viven pendientes de quién necesita algo para que le regalen y aprovechar la oportunidad para hacer política-campaña con el dinero de nuestros impuestos.
Sienten un profundo desprecio por los dueños con el capital necesario para invertirlo en Yarumal y reactivar la economía, por el miedo que les tienen los comerciantes que los apoyaron en campaña, pero esos mismos comerciantes son los que lloran porque los fines de semana sus negocios están vacíos, pues no hay empleos que le generen a la gente salarios para gastar. A ellos no les importan los indicadores económicos, sino dar lástima por los pobres, pero los que dan lástima son ellos.
El desarrollo que le ofrecen y le ofrecerán al municipio es que pueden organizar eventos de colegio tal como lo aprendieron de los conservadores, pero para que vayan más allá tendremos que esperar la próxima administración. Por ahora, redujeron nuestra alcaldía a un estudio de producción audiovisual. Un circo donde organizan eventos a manera de personero de colegio, para que las personas lleguen y puedan protagonizar su show y generar una cantidad abrumadora de contenido audiovisual. ¿Austeridad? No. Porque un productor propagandístico lo que necesita es presupuesto.
Mientras ellos gastan su tiempo y el presupuesto en sus eventos, Yarumal se ahoga en el desempleo y la gente se va a buscar la plata a Medellín, aún teniendo el municipio todas las herramientas para ser una ciudad, pero lo lamentable con los socialistas es que cuando les hablas de esto te rechazan o te tratan de paraco. En Yarumal, en semana, después de las diez de la noche no hay dónde tomarse un tinto ni dónde comer, porque lastimosamente no se tiene una visión de ciudad, ni de productividad de la industria y mucho menos con esta soberbia administración. Además, nunca se había visto tantos eventos cancelados en tan poco tiempo.
Cristian y sus influencers
Céspedes es un alcalde francamente abrumador. Siempre está a la defensiva. Cuando hay un problema importante que resolver le echa la culpa a la gente, a la administración pasada o busca una excusa para que lo resuelva otro. Nunca lo vas a escuchar diciendo «lo siento, fue mi error», ni mucho menos a los influencers de los que se rodea.
En Revista El Confidente supimos que no tenían ni la menor idea de lo que hacían, cuando descubrimos que estaban emulando la agenda del presidente. Vivían pendientes de las publicaciones de Petro y dos días más tarde sacaban una publicación similar en la alcaldía. Aún así, el alcalde niega el petrismo cobardemente. ¿Por qué lo hace? Si sus secretarios se parecen a los ministros de Petro. Cuando visitan una comunidad van de paseo a ver con quién se toman fotos, pero el desarrollo no se ve por ningún lado. Tampoco aceptan que nos tienen interceptados los dispositivos electrónicos, cosa por la cual los concejales de oposición deberían investigarlo por interceptación ilegal.
Cristian es de esos alcaldes que hay que ponerle los proyectos en la mano para que haga algo. La mayoría de logros de los que Daniel Vergara y él se vanaglorian se los ha gestionado la Gobernación de Antioquia, la Nación o son proyectos que ya venían desde Miguel Peláez. Ellos creen que las obras se construyen con palabras y una vez las mencionan se van a erigir solas, con sus discursos de micrófono. Para estas épocas, en la pasada administración ya habían presentado los estudios del parque, del Centro Día, de la cancha, de vías, canalizaciones y otras grandes obras para que les diera justo la construcción los cuatro años y esta administración sólo se ha dedicado a hacer eventos.
La última vez que lo entrevistaron en Blu Radio le preguntaron cómo iba a solucionar el problema del consumo de jarabes y dijo que «estaba limitado» y que se le «escapaba de las manos» porque no tienen creatividad ni solvencia. Tuvo que venir el gobernador a hacerse cargo. Esa actitud soberbia es lo que le va a generar protestas de la gente de ahora en adelante, como ya se las generó el día de la discusión del Plan de Desarrollo, donde los concejales del Centro Democrático lo salvaron con propuestas alternativas. Cuando ocurrieron los problemas de orden público dijeron que eso no era culpa de ellos, sino de las disputas de las rentas del microtráfico y sacaron pecho de las cámaras que la pasada administración ya había dejado instaladas.
Puestos para todos sin importar las consecuencias
Desde el día uno, la administración se convirtió en una feria de puestos entre parejas sentimentales. La secretaria de gobierno es la pareja del excandidato al Concejo que les buscó los votos en los Llanos, el comunicador también se hizo de un puesto a la medida para trabajar con su pareja. La pareja del secretario de educación de Santa Rosa, que le dieron ese puesto por hacerle campaña en Yarumal, es la encargada de las auditorías a las EPS e IPS del municipio y la propia pareja de Cristian también está involucrada en el gobierno como gestora social.
Céspedes está haciendo daño y atrasando las instituciones con sus respectivos proyectos nombrando a gente sin preparación para el cargo, sólo para que se roben el sueldo de la temporada. En la secretaría de hacienda, que sería la más clave de su gobierno endeudado, nombró a una funcionaria cuya experiencia era en talento humano y no tenía ni idea de contaduría, la sacó y tocó comenzar de nuevo con Jenny, la cuál está gastando plata del presupuesto es contratar asesores que le hagan el trabajo. Lo mismo le pasó con el exsecretario de planeación, al que le pusieron dos asesores que le hicieron parte del Plan de Desarrollo, pero lo terminó sacando. También la anterior gestora cultural se notaba por encima que no tenía experiencia en planeación de proyectos ni conocía el espectro cultural y terminó haciendo un pésimo trabajo que mantuvo la cultura por el suelo durante seis meses.
Este método que está aplicando Cristian parece ser una estrategia donde nombra a personas inadecuadas para que aguanten todo lo que puedan y cobren salario antes que la gente se de cuenta que no sirven para el cargo. Hay más ejemplos, como el coordinador de patrimonio o la coordinadora de juventudes, que es apenas una estudiante y gracias a ella la juventud en Yarumal nunca había estado tan desorganizada y dispersa.
Finalmente, está el caso de dos gallinazos carroñeros, profesionales en instrumentalizar a la gente para beneficio propio. Ambos son abiertamente fanáticos del socialismo y la revolución cubana. Uno es Máximo Areiza, nombrado jefe de obras de infraestructura y es estudiante de licenciatura en educación física. Hoy está instrumentalizando a los jóvenes de la UdeA para atacar al mismo rector que le está ayudando a su alcalde. El otro es Jorge Rueda, cuestionado por la Contraloría por malos manejos fiscales cuando fue gerente de Julio Areiza. En la pasada administración instrumentalizó jóvenes (nosotros incluidos) para generar protestas a Miguel Peláez y obstaculizar la construcción del parque si no le daba un puesto, y los conservadores terminaron colocándolo en Buen Comienzo. Además, como él mismo admite, un superior una vez le dijo que no estaba apto para coordinar procesos. «Nos Une» terminó dándole un puesto en el SENA.
Ambos, de forma contradictoria, promovieron las protestas en Yarumal en 2021 y agitaron a la gente en contra de Peláez al mismo tiempo que le hacían campaña a Céspedes. Mañana van a promover la revolución contra Céspedes, cuando se les acabe el contrato, y van a seguir buscando nuevas personas para instrumentalizar y generar sus contenidos.
En conclusión, se está demorando la administración para materializar una propuesta que hecha en campaña: formar la «Comisión de la Experiencia», que tenía como fin convocar a un grupo de líderes políticos y empresariales para que dieran su opinión sobre proyectos y los asesoraran. Una utopía impensable con lo bajo que están cayendo ahora.
///
Mateo Pérez Rueda: Estudiante de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, director del medio alternativo Revista El Confidente del municipio de Yarumal, Antioquia. Ha publicado algunos poemas en la revista Alas de papel y el periódico Sueño Norte. También participó con algunos poemas en las compilaciones locales de Sello de Autores Yarumaleños y Epifanías.
Visita Revista El Confidente en Facebook
///
Deja una respuesta